El MERCOSUR en un mundo multiplex

En el marco del sistema multilateral del comercio plasmado en la OMC, hubo en los últimos años cambios significativos, entre los que se pueden destacar: la redistribución del poder mundial y el protagonismo creciente de las denominadas economías emergentes; la mayor conectividad entre los mercados, en todos los planos y no sólo en el físico; la fragmentación de la producción en múltiples modalidades de cadenas transnacionales de valor y de encadenamientos productivos que permiten considerar a los productos como “hecho en el mundo”, todo lo cual es hoy esencial para entender el comercio de bienes y de servicios, así como las corrientes de las inversiones y los flujos tecnológicos entre los distintos países.
A pesar de los resultados obtenidos en la Conferencia Ministerial de la OMC de Bali en diciembre del 2013, no puede desconocerse que el esquema de negociación multilateral tradicional es hoy menos relevante que en el pasado, mientras que las negociaciones de mega-acuerdos interregionales, como la Asociación Transatlántica para el Comercio e Inversión; El Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica y el Acuerdo de Asociación Económica Integral Regional, ocupan hoy un lugar central en la agenda de las relaciones comerciales internacionales. Es por ello que en este contexto los especialistas que tratan de explicar cómo será el futuro del comercio internacional se concentran en lo que eventualmente serían, en un plazo aún incierto, los acuerdos que surjan de las mencionadas grandes negociaciones.
Son negociaciones que se insertan en un marco de fuertes incertidumbres con respecto a su futura evolución, ya que tienen que ver con variadas resistencias que se observan en algunos de los principales protagonistas, especialmente en los Estados Unidos y en países de la Unión Europea. Pero tienen que ver también con las incertidumbres más amplias que se observan con respecto a la propia evolución del sistema internacional global y con la de algunas de sus principales regiones. Las tendencias a la fragmentación y confrontación parecen por momentos estar predominando sobre las de cooperación y convergencia.
Es importante seguir de cerca estas negociaciones por su potencial gravitación económica y política, y el fuerte impacto que tendrá su eventual concreción en el mapa de la competencia económica internacional, incluso con claras connotaciones geopolíticas por el efecto dominó que pueden producir motivando otras negociaciones y, en particular, por sus eventuales efectos de erosión del sistema comercial multilateral de la OMC.
En este contexto es importante que el MERCOSUR en su conjunto replantee cuál es el rol que quiere tener en el contexto internacional, lo cual requiere un férreo compromiso por parte de todos los países miembros para superar las diferencias internas y lograr potenciar una efectiva integración que se traduzca en una unidad del bloque en el largo plazo, caso contrario los avances registrados hasta la fecha se terminarán diluyendo en el tiempo.
Estoy seguro que el afianzamiento del MERCOSUR posibilitará posicionar una estrategia con nuevos desafíos sectoriales, productivos, comerciales que permitirán la atracción de inversiones, y por consiguiente la optimización de la proyección internacional del bloque.
Es interesante tomar en cuenta la metáfora que utiliza el Profesor Amitav Acharya, de la American University para explicar los cambios que se están dando en el nuevo orden económico mundial: “en un mundo múltiplex, tendremos varios productores y actores (estados, regiones, grupos transnacionales) puesta en escena de sus propios espectáculos simultáneamente. A veces tenemos el mismo programa que se ejecuta en diferentes teatros en el mismo complejo, pero más a menudo hay diferentes espectáculos en diferentes teatros en el mismo complejo. El público no puede ver a todos ellos al mismo tiempo”.
Es así como en este mundo “multiplex” cada país, grande o pequeño, sólo o asociado con otros países, tiene múltiples opciones en su inserción internacional, por eso es preciso que se tenga una clara perspectiva estratégica en base a una correcta apreciación de lo que se necesita y se puede obtener del entorno externo. Todos debemos ser conscientes que este es el contexto donde el MERCOSUR debe encarar su estrategia de inserción en la competencia económica global.

Adrián Pérez. Diputado Nacional. Frente Renovador Provincia de Buenos Aires. Parlamentario del MERCOSUR por la Argentina. Integrante de la Comisión de Asuntos Internacionales, Interregionales y de Planeamiento Estratégico.