En lo estrictamente referido a nuestro país, corresponde denunciar la criminal e implacable desaparición de los bosques, el descontrolado desmonte, que irracionalmente atenta no sólo contra el equilibrio ecológico local, sino que también rompe la cadena de un ecosistema conectado a la preservación de recursos naturales acosados cíclicamente por períodos de una sequía calcinante o de inundaciones desbordantes que arrojan como resultado daños directos a la actividad productiva, y en consecuencia, perjuicios irreparables al desarrollo ascendente de la economía paraguaya.
El Paraguay posee riquezas insustituibles y escasas en un mundo globalizado, como los acuíferos, las reservas públicas y privadas de áreas verdes y de biósfera, y las fuentes energéticas limpias, que sufren la amenaza de los agentes económicos, que desconociendo principios elementales de sustentación ecológica, incumplen groseramente la normativa protectoria, y de esta forma, contribuyen a gran escala a generar un ambiente contrario a las leyes inmutables de la naturaleza.
Esta opinión, por supuesto tiene en cuenta, a los sectores productivos que han realizado una tarea enorme en la agricultura, ganadería, y en todos los rubros vinculados a los agronegocios, que son pilares del desarrollo y factores decisivos del crecimiento sostenido de nuestra economía en los últimos años, una importante mayoría de ellos, han respetado las áreas de preservación de bosques, las cuencas acuíferas, humedales, y otros factores medioambientales que permiten un espacio sano y vivible, constitutivo de un desarrollo económico sustentable.
Por ello, reivindicando lo establecido en el Tratado de Asunción de 1991, que para llegar a un proceso de desarrollo económico con justicia social, la preservación del medio ambiente es un factor determinante, la Delegación Paraguaya ante el Parlamento del Mercosur, insta a las autoridades nacionales, tanto del Poder Ejecutivo como del Ministerio Público, a desarrollar activas políticas públicas que comprendan acciones concretas para evitar el empobrecimiento ambiental que nos acecha, aplicando la ley con todo su rigor para desalentar definitivamente los desatinados planes de quienes amparados en una ausencia de Estado, atropellan el medio ambiente, que no es otra cosa que atentar contra las circunstancias de vida de las personas.
Parlamentario ALFONSO GONZALEZ NUÑEZ
Presidente
Delegación de Paraguay
Parlamento del MERCOSUR