El Gobierno de Cristina de Kirchner anunció al mundo que presentará una formal protesta ante la Asamblea General y el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (NU) a raíz a la determinación de Gran Bretaña de reforzar su poderío naval, y, en consecuencia, militarizar el Atlántico Sur, en supuesta defensa de la soberanía de las islas Falkland, Malvinas para los argentinos, un territorio de ultramar bajo señorío del Reino Unido, reclamado por la Argentina desde el año 1833.
La Presidencia de la Delegación Paraguaya ante el Parlamento del MERCOSUR admite el legítimo derecho que le asiste a la Argentina sobre dicho archipiélago situado en las inmediaciones del perímetro de sus aguas jurisdiccionales, que motivó, por el delirio de los gobernantes y militares argentinos de ese tiempo, una guerra cruel y absurda con la monarquía británica, iniciada en ese trágico abril de 1982, que además de arrojar como saldo un espantoso número de víctimas entre muertos heridos y lisiados de por vida, fue el bochorno de un pésimo análisis de la realidad internacional que, por otra parte, consolidó la posesión inglesa por imperio de la fuerza en detrimento de la tesis argentina sostenida desde los principios y normas vigentes del Derecho Internacional.
El gobierno inglés presidido por David Cameron , debe admitir en los hechos que la época del vasallaje es inadmisible en éste tiempo no solo en la América del Sur sino en cualquier rincón del planeta y que los enclaves, colonias y cualquier otro modelo de dominación imperialista no se compadecen con la libertad, los derechos humanos y el respeto a la soberanía de los pueblos que tienen derecho a la ocupación y explotación de los territorios que por imperio de la ley y no de la fuerza, les corresponda y que, ésta región, es una región de paz, que lucha, con sus penurias y esfuerzos, por la construcción de una identidad latinoamericana
Al expresar su solidaridad con el hermano pueblo argentino, en la reivindicación de un antiguo y lícito reclamo en materia territorial, tal cual debe ser el proceder de las Repúblicas integradas en una alianza comunitaria, la Delegación Paraguaya tampoco ignora ni olvida que tras la genocida guerra contra la Triple Alianza, la Argentina de entonces pactó con el imperio del Brasil la infamia del desmembramiento del territorio paraguayo.
Vencido nuestro país luego de más de cinco años de cruenta y desigual lucha, los devastadores se adueñaron de extensas franjas de superficie nacional. Argentina se apropió de la actuales Provincias de Formosa y Misiones, las islas Apipé y Cerrito en el río Paraná, aunque su pretensión primera fue la de alzarse con todo el inmenso Chaco. Los invasores, en principio, no habían descartado, en secreto, y en consonancia con el criminal Tratado firmado el 1 de mayo de 1865, el “adjudicar” al Brasil la totalidad o la mayor parte de la Región Oriental, con lo cual, el Paraguay, habría desaparecido definitivamente del mapa y del concierto de las naciones independientes.
Gracias a las voces de sostenido y enérgico reproche de la colectividad internacional hacia los mal disimulados designios de los victoriosos depredadores, el Paraguay sobrevive hoy como país soberano, y no precisamente porque la Argentina y el Brasil del siglo XIX así lo resolvieron en favor del desmantelado vecino.
En los tiempos presentes, dominada por la globalización cooperativa, el gobierno de Buenos Aires, que reclama solidaridad y apoyo de nuestros gobiernos, torpedea incesante, inmisericorde y sistemáticamente el comercio paraguayo de exportación que circula por la geografía argentina rumbo al mercado local y a las plazas de extrazona, bajo cualquier excusa o barrera utiliza tácticas y disposiciones típicamente colonialistas que nos trae a la memoria las imposiciones de siglos pasados.
En éste orden de cosas nos imponen, también por imperio de nuestra débil y timorata conducción ejecutiva, obstáculos aduaneros, portuarios de todo tipo con el fin de impedir el libre tránsito imaginados y ejecutados por el oficialismo político argentino, que ocasionan, pérdidas incalculables, quebrantos financieros y económicos que asfixian a la producción nacional, que resienten con gravedad los ingresos tributarios, que impactan notoriamente en las inversiones sociales y las fuentes de trabajo por sus funestas consecuencias que castigan severamente los intereses de nuestra sociedad.
A pesar de tantas aflicciones propinadas por la Argentina al Paraguay, que deberían estar sepultadas con la historia que no debió escribirse jamás, la Delegación Paraguaya ante del Parlamento del Mercosur, ratifica su respaldo moral al hermano pueblo argentino en su fundada cruzada por hacer valer sus títulos soberanos sobre las islas Malvinas.
Que el superior volumen diplomático, político, económico y militar de la corona inglesa respecto a la Argentina a escala universal, convoque a los consocios del MERCOSUR a la reflexión serena y arriben a la saludable conclusión de que se debe honrar y respetar al más frágil y vulnerable. No hagas a otro lo que no quieras que te hagan a ti, enseñaba Confucio.-
Febrero de 2012
Parlamentario ALFONSO GONZALEZ NÚÑEZ
Presidente – Delegación de Paraguay
Parlamento del MERCOSUR