Alberto Couriel: América del Sur frente a China y a EEUU

 
La semana pasada hubo un debate en el Senado uruguayo sobre inserción internacional, Mercosur y Alianza del Pacífico. En esta nota, reproducimos los principales argumentos de Couriel en dicha exposición.


El debate se realiza en un momento de excepcional crecimiento económico y de extraordinario dinamismo de las exportaciones, que entre 2005 y 2012 crecieron al 16% acumulativo anual. Según las exposiciones de la oposición parecía que estábamos viviendo una etapa de crisis y de paralización de nuestro comercio exterior. Dos elementos introductorios al debate: en este mundo globalizado no existe libertad de comercio y los actuales países desarrollados fueron extremadamente proteccionistas para alcanzar sus niveles presentes. En la década del 90, bajo el predominio del Consenso de Washington, los países de América Latina fueron obligados a eliminar o limitar sus controles de capitales y de importaciones, mientras ellos mantuvieron sus subsidios a la producción y exportación agrícola y los diversos mecanismos de protección a las importaciones. Por otro lado, países como EEUU, Alemania y Japón, como principales ejemplos, fueron muy proteccionistas para desarrollarse. Esto significa que para exportar rubros que no sean commodities son necesarias negociaciones y acuerdos. En este caso las relaciones de poder pasan a tener un rol relevante.

En la actualidad EEUU mantiene hegemonía militar y comunicacional, e inclusive predominio financiero, pero compite en el plano comercial con China. En los próximos años el 60% del consumo mundial vendrá de Asia Pacífico, siendo actualmente China el primer exportador de bienes y de productos manufacturados. EEUU impulsa la transpacífico y China la alianza comprehensiva donde están China, India, Corea del Sur, Japón, Australia y Nueva Zelanda, entre otros. La competencia comercial entre EEUU y China es muy nítida. En América del Sur la estrategia comercial de EEUU, desde la década del 90, consistió en impulsar el ALCA que fracasó y luego los tratados de libre comercio donde mantiene sus políticas de subsidios a productores y exportadores agrícolas, las cuotas, los contingentes, los picos arancelarios y las medidas antidumping como elementos de protección. A su vez, exige liberalización de bienes y servicios, compras gubernamentales, normas de competencia y de propiedad intelectual. Importa señalar que la estrategia comercial de EEUU no es independiente de su estrategia comercial, comunicacional y financiera. El dinamismo de China en los últimos años, generó importantes aumentos de los precios internacionales de los productos de exportación de los países de América del Sur que facilitaron altos niveles de crecimiento económico. En la actualidad China es el primer comprador de Brasil, de Chile, de Paraguay y el segundo comprador de Perú, Argentina y Uruguay. Por ello es que afirmamos tajantemente que en la actualidad, desde el punto de vista comercial, para América del Sur, China es más importante que EEUU.

Para Sudamérica la estrategia no puede ser estar con EEUU contra China, ni con China contra EEUU. La estrategia es asegurar los intereses comerciales de nuestra región. Ello significa unidad regional, de propuestas, de acción, para ganar poder de negociación con el mundo desarrollado, en el plano comercial, financiero y productivo. Unidad para construir el desarrollo de nuestros países. Uruguay no puede quedar aislado ni solo. Es como natural que sea integrante de la unidad regional. Para negociar con EEUU, con la Unión Europea, con China para lograr una inserción internacional no solo con commodities, sino fundamentalmente con productos y servicios que tengan mayor valor agregado y avances significativos en los contenidos tecnológicos. Para enfrentar las viejas relaciones Centro-Periferia, que inclusive se concreta en las relaciones comerciales con China a quien le exportamos productos primarios derivados de nuestros recursos naturales y le compramos productos manufacturados con elevado contenido tecnológico y alto valor agregado.

Uruguay vive una etapa esplendorosa de su comercio exterior, ya que sus exportaciones entre 2005 y 2012 crecieron al 16% acumulativo anual. Se colocaron a más de cien mercados de destino y surgieron nuevos bienes de exportación como la soja, los derivados de la forestación, los servicios no tradicionales que aumentaron el 22% anual entre 2007 y 2012, y próximamente se incorporará el hierro que pasará a ser el primer producto de exportación. Importa señalar los importantes aumentos de productividad de toda la economía y especialmente de los principales rubros de exportación. Los objetivos centrales de la inserción internacional deberían buscar aumentar el valor agregado e incorporar bienes y servicios con alta y media tecnología, en un mundo internacional donde pesa el conocimiento, las innovaciones y las incorporaciones tecnológicas. Para ello es fundamental la complementariedad productiva, la complementariedad industrial que es uno de los grandes desafíos para el Mercosur. Es muy difícil la complementariedad con China, con EEUU, con la Unión Europea, inclusive con los países sudamericanos de la costa del Pacífico. Es más factible con nuestros vecinos más cercanos, con Argentina y Brasil.

El Mercosur no está ni destrozado ni paralizado. Sigue siendo el primer comprador de Uruguay, liderando Brasil como país primer comprador, en una etapa de extraordinario dinamismo de nuestras exportaciones. Además al Mercosur le vendemos más de dos tercios de productos manufacturados y casi un tercio de rubros de alta y media tecnología, tres veces más que al resto del mundo. En la actualidad tenemos excelentes relaciones con Brasil, que inclusive nos va a vender energía eléctrica al mismo precio que si fuéramos un estado brasileño. Siguen llegando inversiones extranjeras a Uruguay, siendo las mayores las provenientes de Argentina y desde China para colocar sus productos en Brasil. Tenemos dificultades con Argentina y no sabemos que ocurrió en materia comercial en las conversaciones presidenciales en la última Cumbre desarrollada en Montevideo.

La Alianza del Pacífico tiene un gran marketing proveniente de EEUU y de los grandes medios de comunicación. Por el acuerdo del Mercosur podemos ser observadores pero no miembros plenos sin autorización del Mercosur. No corresponde criticar a la Argentina cuando viola los tratados si Uruguay también lo hace intentando ingresar a dicha Alianza. Por la vía de la Aladi ya tenemos 100% de preferencias arancelarias de Chile, 98% de Perú, 94% de México y 86% de Colombia. Pese a estas preferencias y TLC con México y Chile, solo exportamos el 6% a dichos mercados del total de nuestras colocaciones. Lo más relevante a dichos mercados es no presentar a la Alianza del Pacífico como contradictoria del Mercosur. Deseamos que sean complementarios para avanzar hacia la unidad regional. Se plantea por esa vía la entrada al Transpacífico, donde está EEUU pero no están ni China, nuestro principal comprador, ni India, ni Corea del Sur. Insistimos, la estrategia del Uruguay y de la región es defender nuestros propios intereses, negociando con todos los países que sea necesario, pero no quedando subordinados de EEUU ni de China. Este es el gran desafío de nuestra inserción internacional y del futuro de la integración de América del Sur. Sin duda el papel de Brasil va a ser central.

Por Alberto Couriel

Parlamentario del MERCOSUR y Senador del Frente Amplio, Uruguay